Eventos de Arte
Infancia e Inocencia II
Hace un par de años, en ocasión análoga a la de esta primaveral Gallery Night, Estudio Garrido Abogados ofreció, bajo el título de "Infancia e Inocencia", la primera muestra sobre el tema, con pinturas seleccionadas de entre las que componen su colección Paideia.
En el prólogo correspondiente señalamos entonces el fuerte lazo temático que unía a esas obras de autores argentinos de los siglos XX y XXI con las expresiones religiosas renacentistas que tenían al Jesús Niño y a María, su madre, como protagonistas.
La figura infantil, tanto como retrato personal como en su vertiente de registro testimonial de un espacio histórico y social determinado, ha mantenido su vigencia en todo el desarrollo de las artes representativas, a lo largo de los tiempos y dentro del más amplio espectro de escuelas, tendencias y movimientos.
Hoy presentamos una renovada muestra dedicada a este tema, con obras inéditas y con algunos artistas no incluídos en la instancia anterior.
Obviamente están presentes los especialistas, los artistas que se dedicaron casi exclusivamente a pintar al niño y su mundo, con sus estilos particulares, sus paletas propias y su personal modo de abordar al modelo y de expresar un sentir determinado. Es el caso de Gastón Jarry con su estilo inconfundible, y de Raúl Schurjin con sus reconocibles y enternecedores niños de la costa del Paraná. O de Primaldo Mónaco, que hace viajar a sus niños por diversos recovecos de la historia. También están Norah Borges, para quien la infancia linda con lo angelical, y Demetrio Urruchúa, quien pone en sus niños la mirada dolida de las victimas de duros momentos de la humanidad. Mariette Lydis trajo desde Viena la calidad de su dibujo, que volcó tanto al retrato como a la figura infantil, y Crisanto Del Monaco recreó entre nosotros enternecedores tipos itálicos.
Están también presentes otros grandes maestros, como Emilio Centurión, que jalonaron su trayectoria transitando por los diversos géneros: el paisaje, la composición, para llegar a la figura, y dentro de ella, ¿porqué no..?, al niño y su mundo.
Cleto Ciocchini, cronista de la ruda vida del mar y de la pesca, dulcifica su pincel cuando retrata a su hija. Alcides Gubellini juega en los límites del realismo, mientras que Ernesto Scotti, al abordar su figura de niña, lima los volúmenes generalmente recios y hasta escultóricos con que compone sus personajes.
Con Alberto Bruzzone y Mario Darío Grandi avanzamos sobre la infancia para penetrar en el mundo igualmente sensible de la adolescencia. Con grueso empaste el primero, y a través de la sutileza del pastel el segundo, ambos nos entregan sendos ejemplos de lo más trascendental de su producción.
Más cercanas en el tiempo, Aida Carballo se expresa con el grabado, y Mildred Burton, recientemente fallecida, muestra en un rostro de niño su magistral dominio del lápiz.
Son los mencionados sólo algunos de los artistas presentes en esta muestra, que ratifica la vocación de Estudio Garrido Abogados por reunir las mejores expresiones del arte representativo nacional, y brindarlo, mes a mes, a sus amigos y al público que traspone, especialmente invitado, las puertas siempre abiertas de su espacio.
En el prólogo correspondiente señalamos entonces el fuerte lazo temático que unía a esas obras de autores argentinos de los siglos XX y XXI con las expresiones religiosas renacentistas que tenían al Jesús Niño y a María, su madre, como protagonistas.
La figura infantil, tanto como retrato personal como en su vertiente de registro testimonial de un espacio histórico y social determinado, ha mantenido su vigencia en todo el desarrollo de las artes representativas, a lo largo de los tiempos y dentro del más amplio espectro de escuelas, tendencias y movimientos.
Hoy presentamos una renovada muestra dedicada a este tema, con obras inéditas y con algunos artistas no incluídos en la instancia anterior.
Obviamente están presentes los especialistas, los artistas que se dedicaron casi exclusivamente a pintar al niño y su mundo, con sus estilos particulares, sus paletas propias y su personal modo de abordar al modelo y de expresar un sentir determinado. Es el caso de Gastón Jarry con su estilo inconfundible, y de Raúl Schurjin con sus reconocibles y enternecedores niños de la costa del Paraná. O de Primaldo Mónaco, que hace viajar a sus niños por diversos recovecos de la historia. También están Norah Borges, para quien la infancia linda con lo angelical, y Demetrio Urruchúa, quien pone en sus niños la mirada dolida de las victimas de duros momentos de la humanidad. Mariette Lydis trajo desde Viena la calidad de su dibujo, que volcó tanto al retrato como a la figura infantil, y Crisanto Del Monaco recreó entre nosotros enternecedores tipos itálicos.
Están también presentes otros grandes maestros, como Emilio Centurión, que jalonaron su trayectoria transitando por los diversos géneros: el paisaje, la composición, para llegar a la figura, y dentro de ella, ¿porqué no..?, al niño y su mundo.
Cleto Ciocchini, cronista de la ruda vida del mar y de la pesca, dulcifica su pincel cuando retrata a su hija. Alcides Gubellini juega en los límites del realismo, mientras que Ernesto Scotti, al abordar su figura de niña, lima los volúmenes generalmente recios y hasta escultóricos con que compone sus personajes.
Con Alberto Bruzzone y Mario Darío Grandi avanzamos sobre la infancia para penetrar en el mundo igualmente sensible de la adolescencia. Con grueso empaste el primero, y a través de la sutileza del pastel el segundo, ambos nos entregan sendos ejemplos de lo más trascendental de su producción.
Más cercanas en el tiempo, Aida Carballo se expresa con el grabado, y Mildred Burton, recientemente fallecida, muestra en un rostro de niño su magistral dominio del lápiz.
Son los mencionados sólo algunos de los artistas presentes en esta muestra, que ratifica la vocación de Estudio Garrido Abogados por reunir las mejores expresiones del arte representativo nacional, y brindarlo, mes a mes, a sus amigos y al público que traspone, especialmente invitado, las puertas siempre abiertas de su espacio.
Adrián Gualdoni Basualdo
Septiembre de 2012
